17.- EL CAMPO DE LOS VERBOS REFLEXIVOS
(IV)
IMPERSONALES

La cantidad de casos que puede presentar el “se” en la lengua castellana, no se agotan en estas notas que estamos presentando. Trataremos de simplificar los casos al máximo, en búsqueda de un criterio didáctico clarificador.

Ahora nos ocuparemos de los llamados casos de impersonalidad. Hay una cantidad de verbos que pueden presentarse como impersonales, pero de eso nos ocuparemos más adelante. En este artículo, sólo veremos algunas situaciones en las que el pronombre “se” será un signo de esa impersonalidad.

Veamos la siguiente oración:

·       En esa reunión se conversó mucho.

Podemos distinguir un verbo activo (CONVERSÓ)  dos circunstancias: una de lugar o tiempo figurados (EN ESA REUNIÓN) y otra de cantidad (MUCHO).
Es evidente que la oración no tiene sujeto. Nótese que decimos “no tiene” y no que no está expresado (sujeto tácito, desinencial u omitido). Aquí sencillamente no hay ningún pronombre que pueda incorporarse como sujeto del verbo “conversó”.
¿Y el “se”? ¿Qué función cumple?

Observemos qué sucede si “eliminamos” el “se”:

·       En esa reunión, conversó mucho.

Mágicamente ha aparecido un sujeto omitido de 3ra.persona singular (ÉL o ELLA).
Es evidente que lo que hacía que la oración fuera impersonal era la presencia del “se”.
De ahí entonces que se sugiera considerarlo como un “signo de impersonalidad” (si).

SÍNTESIS:
LAS ORACIONES IMPERSONALES CON “SE” SE CARACTERIZAN POR:

1.- NO TIENEN SUJETO POSIBLE.
2.- EL VERBO ESTÁ EN VOZ ACTIVA.
3.- SI SE ELIMINA EL “SE”, LA ORACIÓN SE TRANSFORMA EN UNA ORACIÓN CON SUJETO DESINENCIAL, TÁCITO U OMITIDO.


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